27 de abril de 2012

Even If I Die Can't Let You Go

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Aunque soy joven, el dolor es exactamente el mismo.
Dices que no conozco el mundo bien, que no conozco el dolor

Dices que todo va a estar bien, ¿Por qué mientes?
Un corazón que ha sido herido así, ¿Cómo puede fácilmente curarse?
Sin ti, ¿Cómo puedo vivir?

Por eso yo…
Aunque muera, no puedo dejarte ir
¿Cómo puedo dejarte ir?
Porque te quieres ir, porque te quieres marchar
Mi corazón está reformado.
No te voy a herir
Por lo menos déjame seguir viviendo
Si dices que no puedes, no hay manera de que yo pueda vivir.
Aunque muera, no puedo dejarte ir

No importa cuánto intentes alejarme de ti
Me aferraré hasta el final
No puedo dejarte ir a ningún lado.
Si realmente te vas, dime una mentira.
Dime que nos volveremos a encontrar mañana, para vernos con una sonrisa
Si tus palabras de que rompamos no son una broma

Entonces yo…
Aunque muera, no puedo dejarte ir
¿Cómo puedo dejarte ir?
Porque te quieres ir, porque te quieres marchar
Mi corazón está reformado.

No te voy a herir
Por lo menos déjame seguir viviendo
Si dices que no puedes, no hay manera de que yo pueda vivir.
Aunque muera, no puedo dejarte ir
Pasamos todos esos momentos juntos
Como se supone que viviré solo ahora?
No puedo hacer eso, no puedo
Aunque muera, no puedo dejarte ir

De verdad no puedo dejarte.
¿Cómo puedo dejarte ir?
Porque te quieres ir, porque te quieres marchar
Mi corazón está reformado.
No te voy a herir
Por lo menos déjame seguir viviendo
Si dices que no puedes, no hay manera de que yo pueda vivir.
Aunque muera, no puedo dejarte ir

13 de abril de 2012

Luna | 03.- Atacar

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Estaba sola en mi “casa” si es que así se le podía llamar, los hogares eran acogedores, pero en esta yo solo lograba sentirme sola, odiaba estar dentro de ella, solo tenía los muebles indispensables, ropero, cama, una pequeña mesa, refrigerador, estufa etc. No había televisión, telefoto o algo para mantenerme comunicada, solo mantenía comunicación con mis hermanos porque Mark se arriesgaba dejándome notas debajo de la puerta.

Hoy cumplía 16 años, y lo menos que quería era pasármela sola en esa cabaña tan aislada, no vería a Bryan y Mark hasta la noche, así que fui a la tienda del pueblo para comprar algunos ingredientes y hacer un pequeño pastel, solo para mí, tal vez teniendo suerte lograría que mis hermanos le dieran una mordida, pero eso ya seria pedir demasiado.

Entré a la tienda, no era muy grande pero parecía tener lo esencial, tomé una sesta y pasé por los pasillos, leche, huevos, solo me faltaba harina, que para mi mala suerte se hallaba en el estante más alto, estiré la mano e incluso me pare de puntitas pero no estaba ni cerca de alcanzarlo.
Como una niña que estaba a punto de hacer una travesura, miré hacia ambos lados y comencé a dar pequeños brincos que cada vez fueron cobrando mas la altura, pero no podría alcanzarla, y mi corazón ya se encontraba muy acelerado, como llevaba muy poco entrando en fase cualquier cosa me hacía perder el control. Me quede quieta mientras observaba fijamente la bolsa de harina mientas contaba hasta diez, no era como si esperara que mágicamente la bolsa callera en mis manos, bueno aunque nunca se sabe…

-          ¿Necesitas esto? – escuche una voz a mis espaldas mientras una gran mano tomaba la bolsa de harina. Giré sobre mis talones y ahí estaba el… era Paul.
-          Gra…gracias, se lo agradezco. – lo reverencié y caminé hacia la caja registradora, el aun me seguía, sentía su mirada sobre mí y eso me ponía los nervios de punta. Pagué y Salí del establecimiento.
-          ¿Así que harás un pastel? – me preguntó Paul mientras me tomaba la bolsa de compras, al rosar nuestras manos sentí una ligera corriente eléctrica.
-          S…Si –tartamudeé de nuevo.
-          Y… se puede saber por qué? –me preguntó insistente, cuando yo lo menos que quería era seguir tartamudeando.
-          Bueno, verá, hoy es mi cumpleaños y pues, voy a hornear un pastel para  mí –dije mirando el suelo, seguro pensará que soy una loca solitaria que en su cumpleaños se hornea su propio pastel.
-          Escuché que te mudaste sola aquí, lamento que no puedas estar este día tan importante con tu familia –me dedicó una bella sonrisa, Dios!, por un momento sentí que me temblaban las piernas.
-          Sí, bueno, mis hermanos están muy ocupados,  pero ellos me ven cada vez que pueden, así que no me siento sola, en fin, lamento que usted tenga que preocuparse –el soltó una sonora carcajada, verlo reír así me aceleró aun más el corazón.
-          Usted? Solo tengo 19 años, deberías hablarme de tu –me puse roja como un tomate, creí que tenía unos 25, además, Bryan me dijo que a todas las personas desconocidas debía de hablarle de Usted, estaba empezando a dudar si mis hermanos me  habían educado correctamente.
-          Oh! Cuanto lo siento, es que mis hermanos me dijeron que… y como te vi muy grande, no grande, más bien como estas… bueno se ve que te has desarrollado bien, pero… lo que quiero decir es que, perdóname! – sentía que me ardían las mejillas, y ni siquiera había podido terminar una oración.
-          Tranquila, suele pasar –Trató de tranquilizarme mientras aguantaba la risa, miré alrededor, cielos!, no me había dado cuenta de que ya habíamos llegado a la cabaña. – pero te perdonaré si me das un poco de tu pastel cuando lo termines.
-          Cla…claro
-          Bueno, vendré más tarde, feliz cumpleaños –dijo mientras de abrazaba y me daba un beso en la mejilla. Me dedico una encantadora sonrisa, yo me quedé helada, lo observé mientras se marchaba hasta que se perdió de vista,
¡Dios mío! Esto era demasiado para mi, mi corazón latía demasiado agitado, no me había dado cuenta pero ya estaba temblando, rápidamente deje las cosas en la cabaña y corrí hacia el bosque.

. . . . . . . . . .

Sin duda hoy era el mejor día de mi vida, hablé con ella, la llevé a su casa e incuso la abrasé y le besé la mejilla. Hoy era su cumpleaños, así que debía regalarle algo, tenía que ganarme su corazón. Me dirigía a mi casa por mi moto e ir a la ciudad a comprarle algo pero en el camino me topé con Sam, Jacob, Quil y Embry.

-          Paul, el novato de nuevo está suelto en el bosque, tenemos que ir por el –me dijo Sam.
-          Demonios!, Tiene que ser hoy?
-          Tenemos que encontrarlo cuanto antes.

Maldije por lo debajo y corrí junto con ellos al bosque para entrar en fase. Ese estupido novato se las iba a ver conmigo.

-          Con que me desobedeciste y seguiste a la chica eh?
-          ¿Y desde cuando le ayudas a las personas con las bolsas de compras? – Se buró  Embry.
-          ¡Desde que me impronté, im*bécil! – suspiré- Sam, sabes que no me puedo alejar de ella.
-          Entiendo Paul, pero deberías ir más despacio.
-          Lo haré.
-          Atentos, el novato se está acercando. Paul, ya sabes que hacer.
-          Claro, déjenmelo a mí.

Salí de la formación apresurando el paso, los demás empezaron a perseguir al novato hasta acorralarlo y guiarlo hacia mí, antes de que se diera cuenta lo embestí con todas mis fuerzas, reconozco que me pasé, incluso escuché algunos huesos grujir, pero se lo merecía, nos había causado muchos problemas.
Instantáneamente después del choque el novato salió volando cayendo entre unos arbustos, Sam, Quil, Embry y Jacob llegaron a donde yo me encontraba y salimos de fase para aguardar a que el nuevo de la manada saliera.

-          Sal, no te haremos daño –Jake fue el primero en hablar al ver que el novato no salía, aunque sentíamos su mirada sobre nosotros. Las ramas empezaron a grujir, él se acercaba, después el ruido de las ramas se hizo menor, lo que significaba que había salido de fase.

En ese momento me llegó aquel olor que podía identificar donde fuera, me quedé atónito.
Ella dudó unos segundos si salir o no, pero ya la habíamos visto, salió tambaleante de entre los arbustos, eso me destrozó. Yo había sido el culpable, yo la embestí, había dañado a mi mas valioso tesoro, que ahora luchaba por mantenerse de pie frente a nosotros que estábamos petrificados. Solange cayó al suelo inconsciente, un segundo después reaccionamos y corrimos hacia ella.

-          Demonios, Sol, que… que te he hecho? –la miré horrorizado, no podía tocarla, no me sentía con el derecho.  Solo la observaba tendida en el suelo, se veía tan frágil.
-          ¡Rayos, Paul, tenemos que atenderá rápido!-Gritó Sam, rápidamente la tomé en mis brazos y corrimos hacia la reserva. En el camino no dejaba de repetir la escena una y otra vez en mi cabeza, atormentándome y maldiciéndome a mí mismo.

Seth y  Leah estaban en la casa de Emily, empalidecieron al vernos llegar a todos desnudos con Sol en brazos, rápidamente y con todo el cuidado del mundo la recosté en un sillón.

-          Dios mío, Sam que pasó? –preguntó Emily preocupada.
-          Ahora no hay tiempo, Emily, trae una frazada, Jacob llama a Carlisle y dile que venga inmediatamente.

Todos corrían y hablaban por todas partes, era todo un caos,  Solange  comenzó a recobrar la conciencia y todos guardaron silencio y la rodearon. Ella a vernos a todos se asustó e inmediatamente trato que ponerse de pie, pero solo hizo una mueca de dolor.

-          Tranquila,  Solange  -traté de acariciarle la mejilla pero ella lo evitó, lo tenía merecido, yo la había atacado y estaba en todo su derecho de odiarme, aunque eso me matara.
-          Si, si  Solange  está aquí, fue nuestra culpa, lo sentimos, ¿qué?, ¡¿pero quién habla?! –Todos pusimos atención a  la llamada telefónica de Jake, que no pintaba nada bien, después de un minuto de silencio, Seth fue el primero en preguntar.
-          ¿Qué te dijeron? ¿Carlisle vendrá?
-          No sé, le conté a Carlisle lo que ocurrió, pero alguien le quitó el teléfono y dijo que vendrán por ella, sonaba muy furioso.
-          ¿No era nadie de los Cullen? –preguntó de nuevo Seth.

Jake no le contestó, ya que su  atención estaba hacia el bosque, igual que todos, era el olor de los chupasangre que habían estado rondando el bosque.
-          Emily, cuida a  Solange  y espera a que Carisle llegue – Dijo Sam al momento en que todos salíamos por la puerta, me dolía dejar a Sol pero no tenía opción,
-          No vayan –dijo débilmente mi sol, provocándome un nudo en la garganta.
-          Tranquila – Fue lo único que pude decir, antes de salir hacia el bosque.

Corrimos a toda velocidad hacia el bosque, esperaba que esto durara poco para volver lo antes posible con mi Sol.

-          Ella estará bien- Me consoló Jake.
-          Eso espero –respondí.

Avanzamos hasta llegar a donde provenía el olor, era un claro, el mismo claro donde había ido esta mañana para pensar un poco, y ahora estaba inundado por la peste de dos sanguijuelas.
Uno era rubio y con ropa demasiado formal para mi gusto, mientras que el otro era castaño y con ropa más informal, pero no dejaba de estar fuera de lugar, pero lo que más me extraño fue que ambos tenían los ojos dorados, no cazaban humanos, pero habían violado el contrato, y debían morir.

-          ¿Dónde está ella? –habló el rubio amenazadoramente, nosotros solo nos pusimos en posición de  ataque, era solo de esperar la orden del alfa.
-          ¡¡Maldición, donde esta  Solange , donde la tienen malditos perros!! –Gritó el castaño enseñando los colmillos. Todos nos quedamos paralizados, ¿Por qué demonios querían a mi Sol? – bien, si no nos piensan decir, tendremos que matarlos.
-          Ataquen! –Ordenó Sam, todos corrimos listos para atacar, ellos querían a mi impronta, y no se los iba a permitir aunque me costase la vida.

De pronto ella apareció en su forma lobuna, nosotros paramos en seco.  Solange estaba frente a las sanguijuelas, protegiéndolos con su cuerpo mientras nos gruñía amenazadoramente.

-          ¿ Solange , por qué? –pregunté confundido.
-          Si quieren hacerles daño tendrá que ser sobre mi cadáver. –gruñó.
-          ¿Qué es esto? Una licántropo dispuesta a dar la vida por un par de sanguijuelas? –Habló Sam.
-          Ellos…son – Calló inconsciente antes de terminar la frase.

Luna | 02.- Impronta

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-          Hola mi nombre es Sam, ellos son Seth, Leah, Embry, Quil, Jacob y Paul –Al presentarme Sam me dio una mirada que no supe identificar.
-          Hola, soy Solange Laine (Lein), mucho gusto – Dijo con su melodiosa voz al momento que nos hacia una reverencia, Solange, Solange, su nombre es Solange!  traté lo más posible de concentrarme en memorizar cada parte de ella, sus facciones, su curvas, su cabello, su voz y su exquisito olor, quería tener su recuerdo presente a la perfección el tiempo que fuese necesario, o por lo menos hasta poder acercarme adecuadamente a ella.
-          Qué pasa con la reverencia?, no tienes que ser tan formal – Se burló Embry, yo solo le dedique una mirada asesina.
-          Lo siento, en mi familia somos algo anticuados – Dijo agachando su carita para ocultar su sonrojo. ¡Dios, ella me volvía loco! Intenté de nuevo acercarme a ella pero Sam me miró de forma extraña otra vez. De nuevo me contuve, yo solo tenía ganas de abrazarla con todas mi fuerzas y hacerla mía.

Me emocioné por el simple hecho de imaginarla debajo de mí gritando mi nombre, llena de éxtasis y lujuria… ¡¿Pero en qué *beep* estás pensando Paul?!. Ella de seguro no tiene más de 16 años y yo 19, tengo que desechar esos pensamientos pedófilos de mi mente, y espero que no regresen a mi cuando esté en fase, sería de lo más vergonzoso, por no decir que verían a esa chica tan tierna en su faceta más sexy, bueno, según como yo la imaginaba.

Estaba sumergido en mis pensamientos cuando levanté la vista, y ¡ahí estaba ella! Observándome con una mirada curiosa, yo solo pude conformarme con dedicarle una sonrisa, ella trató de hacer lo mismo pero solo apartó la vista, habría dado lo que fuera por que ella solo me mirara a mí y a nadie más, como yo lo hago con ella. Ella en un segundo se convirtió con  el centro de mi universo, por ella vivo y por ella moriría, ella era mi impronta y la amaba con locura,  era la luz de mis ojos, podría pasar todo el día hablando sobre lo mucho que la amo, pero ya teníamos que marcharos, el primero en decir algo fue el viejo Billy.

-          Fue un gusto en conocerte Solange, si necesitas algo no dudes en pedírmelo, o si quieres dar un paseo por el bosque pídele a alguien de los chicos que te acompañe, solo no vayas a entrar en él sola –todos nos miramos entre nosotros- puedes perderte.
-          Conozco demasiado bien el bosque… pero gracias, lo tendré en cuenta –dijo haciendo una de sus ya características reverencias.

Nos despedimos y emprendimos el regreso a La Push, no pude evitar tomar una fuerte bocanada de aire, aspirando su dulce aroma, no sabía hasta cuando tendría la oportunidad de volver a estar con ella, por mi bien espero que pronto, incluso cuando ya llevábamos varios metros alejados de la casa de Solange, miraba hacia atrás, y ahí estaba ella, mirándonos desde el marco de su puerta, hasta que su casa se perdió en el horizonte, suspiré resignado.

-          ¡¿Pero en que estabas pensando Paul?! Casi la atacas!! –Me gritó Sam, y yo me tensé, ¿por que atacaría a lo más valioso que tengo? Me estaban malinterpretando.
-          No, yo no haría eso.
-          ¡Te conocemos lo suficiente, Paul! ¡Te abalanzarías encima de todo lo que tiene que ver con vampiros! –lo ultimo hizo que mi paciencia se agotara.
-          Nunca me pasó por la mente atacarla! Yo… yo me imprimé de ella –les conté agachando la cabeza.
-          ¡¿Qué?! –dijeron Sam, Jake, Quil, Embry, Leah y Seth al unísono.
-          El gran Paul Lahote por fin esta imprimado! –Se burló Embry, yo solo asentí mirando el mar – wow, es  en enserio.
-          Paul, estoy feliz por ti, pero no debes olvidar el hecho de que ella es foránea y no sabemos nada sobre donde viene o porque teniendo solo 16 años se ha mudado sola, además tenía un fuerte olor a vampiro, lo que puede significar que tiene una  estrecha relación con uno. –Apreté fuertemente los puños al terminar de escuchar lo último, ¿Acaso mi sol se había entregado en cuerpo y alma a una sanguijuela? Mi cuerpo comenzó a temblar ante la simple idea de que ella le perteneciese a alguien más, sentía como un calor abrazador subía por mi espalda y llegaba a mi nuca, ni siquiera tuve tiempo de tratar de controlarme cuando ya estaba en fase. Todos me miraron perplejos ante mi repentina transformación. Corrí a lo profundo del bosque y solté un aullido desesperado, llegué a un claro y  miré al cielo, obviamente pensando en mi Solange.

. . . . . . . . . .

Analicé los rostros de los chicos que se encontraban frente a mí, sus nombres eran Sam, Seth, Leah, Embry, Quil, Jacob y… Paul, este ultimo captó mi atención, en cuanto lo vi sentí una corriente eléctrica recorrer mi espina dorsal hasta llegar a mi nuca, provocándome un ligero sonrojo, sentía a mi corazón acelerarse, ¿Pero a que se debía?

Estaba tan concentrada en descubrir que era este sentimiento que no me di cuenta que aun seguíamos mirándonos, su mirada era oscura e intensa, como si quisiera decirme algo, eran unos ojos impacientes que parecían estar rogando, eso me cautivaba aun mas. Sin previo aviso en dio un paso hacia mí, pero el tal Sam  lo detuvo, como acto de reflejo me aleje un poco asustada, y Paul… el me miro con ojos suplicantes.

-          Hola, soy Solange Laine, mucho gusto.  – Dije tratando de parecer lo más cordial posible con una reverencia. Mark y Bryan me habían enseñado que al conocer por primera vez a alguien debes de hacer una reverencia en forma de respeto, bueno, habían sido contadas las veces en que había tenido que hacerlo, ya que teniendo dos hermanos nómadas, difícilmente tenia la oportunidad de convivir con otros humanos, pero confiaré en que me educaron bien y trataré de hacer nuevos amigos, podría empezar ahora.
-          Qué pasa con la reverencia?, no tienes que ser tan formal – Me dijo un sonriente muchacho que creo que se llamaba Embry.
-          Lo siento, en mi familia somos algo anticuados – Me disculpé apenada, tal vez los quileutes de la reserva tenían costumbres de ´barbaros´ como decía Bryan, mi hermano mayor, se podría decir que él era la persona mas refinada y elegante que se pudiera conocer.

Seguía teniendo una extraña sensación en el pecho, me sentía muy inquieta respecto a Paul, tenía una necesitad muy grande de abrazarlo, pero eso sería muy tonto de mi parte, el era alto y musculoso y seguramente ya estaba en sus veintes, mientras que yo solo era una chiquilla que acaba de cumplir los 16 años, precisamente hoy. Paul me pilló observándolo, y me dedico una sonrisa, probadamente pensó ‘Esta chiquilla ya se está haciendo ilusiones con migo, pero ella no está a la altura de alguien como yo´, intente sonreírle pero terminé agachando la cabeza.

Pero, ¿que era este sentimiento?. Mis hermanos que habían explicado que los sentimientos son una consecuencia de la inteligencia humana, y que son los propios humanos los que crearon los sentimientos. Bryan, el mayor, me contó que el ser humano desarrolló los principios o valores a partir de la inteligencia y por tanto, cosas como el cariño, la alegría, vienen por esa idea de conocer el concepto de bondad, a partir de la cual se desarrollarían ese tipo de sentimientos, y también por contraposición, de la idea de maldad, surgen la tristeza, el miedo, etc. Pero realmente, tal y como lo veía, maldad y bondad son ideas abstractas y superiores a la realidad humana, y todos los sentimientos relacionados con las mismas no serian sino interpretaciones, siempre determinadas por la realidad humana, de esos conceptos tan abstractos.

***Flash Back***
-          Solange, pequeña, nos diste un buen susto- dijo Bryan abrazándome y colocándome una frazada, ya que después de la repentina activación de mi gen la ropa que traía había quedado irreconocible.
-          Lo siento, tenía mucho miedo y no sabía que hacer, esos otros lobos me perseguían – sollocé ocultándome en su frio pecho.
-          Tranquila, utilicé mi don para guiarlos a la dirección contraria. –Me consoló Mark, que salía de entre los arboles.-No olvides que no deben descubrir que también te transformas, sino te obligarán a unirte a ellos y quedarte.
-          Cariño, recuerda que solo estarás aquí hasta que nosotros… –Interrumpí a Bryan.
-          Lo sé, hasta que resuelvan ese asunto pendiente con los Vulturi.

Luna | 01.- Mirada

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La luna llena estaba en lo más alto del cielo, nosotros corríamos a toda velocidad por el bosque, el viento chocaba contra mi hocico y acariciaba mi lomo, los arboles no eran más que simples borrones a mis costados, eso era lo que más me gustaba de ser un licántropo, la velocidad, la adrenalina, esos momentos en los que te sientes apartado del mundo, pero este no era un momento de relajación, mas bien estábamos en medio de una persecución, el objetivo: a mi también me gustaría saberlo.

-          Exactamente que estamos persiguiendo? – Preguntó Seth, el siempre de curioso, pero bueno si el no lo hubiera preguntado lo habria echo yo.
-          No lo sé, no estoy seguro –Dijo el alfa Sam más que confundido.
-          ¡¿Cómo que no sabes?¡ ¿Entonces que hacemos corriendo por el bosque  a las 4:30 am? –Pregunté irritado.
-          Es que, es muy extraño, estaba regresando a casa después de terminar mi patrullaje, cuando una ola de pensamientos llego a mi mente, Observen.

Sam nos mostró los pensamientos, que mas bien eran imágenes, era alguien que se tambaleaba por el bosque, solo podíamos observar lo que esa persona estaba  viendo:solo árboles, de un segundo a otro se vio el suelo, evidentemente se había tropezado, después todo se volvió negro, segundos después se volvió a poner de pie, camino unos metros, miro había atrás y observo una camisa blanca destrozada, lanzo un aullido y corrió. Nosotros no solo podríamos ver lo sus recuerdos sino también todos esos sentimientos que invadieron a esa persona: desesperación, sorpresa, miedo. La imagen se fue volviendo cada vez más borrosa hasta que desapareció.

-          Su gen acaba de despertar – Pensó Leah.
-          ¿Enserio? –Pregunte sarcástico, ya que eso era lo más evidente y yo me encontraba más que irritado. Un  estúpido novato me hace desvelarme en  mi noche libre solo porque después de entrar en fase lo único que se le ocurrió fue aullar por todo el bosque y hacer que lo persiguiéramos a mitad de la noche.
-          Debes entenderlo Paul,  tal vez el esta muy confundido y no sabe que hacer – Lo defendió Jake, yo solo solté un leve gruñido.
-          Debemos darnos prisa, antes de que cause mas alboroto y los habitantes se den cuenta – Intervino Sam, haciendo que aceleráramos el paso.

No tardamos mucho en localizarlo, ya que se escuchó un aullido a todo pulmón, nos dejamos guiar por el sonido y dimos con él, no pudimos velo de cerca ya que se encontraba a 15 metros de distancia, por lo que alcanzaba  ver el lobo era de un color muy claro, “mas claro que el lindo pelaje arena de Seth”

-          ¡Hermana! – Gritó Seth apenado.
-          Qué bueno que fue Leah, pensé que había algo mal conmigo –Dijo burlonamente Embry
-          ¡Concéntrense! Está empezando a escuchar nuestros pensamientos – Ordenó Sam, pero ya era demasiado tarde, el lobo ya se había dado cuenta y empezó a correr mucho más rápido - Quil y Leah, a la izquierda, Embry y Seth a la derecha, yo seguiré por atrás, Jacob y Paul, prepárense para atacarlo de frente, ahora!- Gritó y todos rompimos la formación.

Seth, Leah, Embry y Quil lo rodearon justo como San ordenó, Jake  y yo avanzamos unos 25 metros más adelante y nos detuvimos en posición de ataque para enfrentarlo, lo que paso después fue demasiado rápido. Todos se quedaron quietos un segundo.

-          Chupasangres – Pensamos todos al unísono.
-          Dejen al novato chicos, iremos por los chupasangres, están al este, mientras que el lobo siga su dirección al oeste todo estará bien, recuerden que nuestra prioridad son los habitantes- dicho y hecho todos corrieron en dirección opuesta, y un segundo antes de que el lobo chocara con Jake y conmigo, lo esquivamos y seguimos a los demás de la manada.

. . . . .

-          Me muero de sueño –Se quejó Quil bostezando.
-          No puedo creer que se nos hayan escapados esas sanguijuelas –gruñí.
-          Y lo peor es que no hay señales del novato, nadie se ha reportado con los ancianos de la reserva y ellos no tienen idea de quién puede ser –Nos informo Sam, todos estábamos reunidos en la playa, a esa hora del día estaba desierta.
-          Y no has podido localizarlo por medio de sus pensamientos – Preguntó Quil.
-          Parece que no ha entrado en fase, y aunque lo hiciera no podríamos escuchar sus pensamientos, no lo conocemos y oficialmente no es un miembro de la manada, lo único que podemos hacer es esperar que entre en fase y ver sus recuerdos, así tal vez descubramos quien es el novato – Nos explico Sam
-          Lo que nos faltaba, dos sanguijuelas andan rondando por nuestro territorio y para colmo un novato anda paseándose por el bosque y causando alboroto –Bufé, ya verdad es que esta situación era demasiado desesperante - Cuando encontremos al novato yo mismo me encargare de darle una paliza por todos los problemas que nos ha dado.

Los demás solo se molestaron en asentir, pero de repente un capte un efluvio, era algo extraño, pues era dulce, y olerlo me resultaba muy placentero y atrayente , pero algo mas opacaba ese exquisito aroma, estaba mezclado con el aroma a chupasangre.
No hizo falta decirlo, todos lo captamos al instante, pero ¿Acaso un vampiro habría sido tan estúpido para entrar a nuestro territorio? El olor provenía de la zona de las cabañas, casi a las afueras de la reserva. Todos intercambiamos miradas e instantánea mente corrimos hacia haya, el olor no se sentía como si fuera totalmente un vampiro, pero tal vez me equivocaba, entonces la sanguijuela estaría, literalmente, en la boca del lobo.
Rápidamente llegamos al lugar, era una cabaña que anteriormente había estado deshabitada, se encontraba en los límites del pueblo con el bosque, y lo que más me llamo la atención fue ver a Billy y los padres de Leah y Seth en frente de la casa, nosotros solo pudimos observar a lo lejos extrañados.

-          Hey, que sucede, muchachos? – Nos saludo Billy, haciendo ademan para que nos acercáramos a la casa, lo que hicimos estando alerta.
-          Captamos un fuerte olor a vampiro – Respondió Jake, con cara de confusión, su padre no tardó en poner la misma expresión.
-          Eso es imposible, vine con los señores Clearwater para darle la bienvenida a una chica que se acaba de mudar, y déjeme decirles que es de lo más normal, además que haría un vampiro en una reserva de lobos?
-          Ya lo sé, el olor no es puramente de vampiro –dijo Jake con cara pensativo – Tal vez la chica se acostó con uno, eso explica el olor tan fuerte que tiene impregnado.

Si así fue, entonces la chica tuvo mucha suerte de salir con vida, además que eso era una buena explicación, si hubiera sido solo un abrazo o saludo la peste no sería tan fuerte.
De repente el olor se intensificó, la chica se acercaba hacia la salida, pero entre más cerca mejor olía, es algo extraño de explicar ya que el olor era tan encantador que de un momento a otro dejó de importarme que apestara a vampiro.

Entonces la vi, era hermosa, tenía un cabello castaño y ondulado, su piel era aperlada y su ojos, sus ojos definitivamente fueron mi perdición, sus ojos verdes y sus largas pestañas le daban un toque sexy a su misteriosa mirada. Ella me miro, directamente a los ojos, sentía que mi corazón se me saldría del pecho, tenía tantas ganas de tomarla en mis brazos y llevármela lejos. En un maldito impulso di un paso hacia ella pero Sam me detuvo alarmado, observé como la chica asustada daba un paso hacia atrás, eso me bajo de mi nube, más bien me empujó directo al vacio, ¿Acaso ella me tenía miedo?