Todo transcurría con normalidad, era un día tan solitario, había ocasiones en que ni siquiera podíamos diferenciar el día de la noche, la luz del exterior no podría llegar aquí, nada podía… ni siquiera la esperanza.
Hace años que nos habían traslado aquí, no podía decir con exactitud el lugar donde estaba, solo sentía el frio húmedo. Los dormitorios siempre estaban en silencio, el único lugar donde podíamos convivir con personas iguales a nosotros era el comedor, y en el gimnasio.
El lugar era de un frio gris, puertas negras, todo era monocromático, aburrido e indiferente, frio era petrificante, y el silencio te gritaba en los oídos que perdieras la cordura y con ello todo tiempo de esperanzas de salir de aquí.
Era un campo de entrenamiento, nos habían sacado de la miseria para llevarnos a otra más ordenada, en la que teníamos que seguir ordenes y, si era necesario, morir por alguien a quien lo le importábamos. Yo, una dimmi dae de 7mo rango, tenía la libertad de vagar por el recinto, solo a los rangos más altos se les concedía tal honor que más bien era una tortura, al ser un hibrido de un rango superior nos consideraban más peligrosos, cada uno de nuestros pasos eran observados. Ya que éramos un grupo reducido de 16, nadie reconocía nuestro esfuerzo, decían que era lo menos que se podía esperar tomando en cuenta quien era nuestro antecesor, un demonio, pero se nos estaba prohibido saber quién era, no podíamos saber nada sobre nuestros padres.
Así que esto era nuestra vida, la vida de los dimmi dae, solitaria, aburrida y ahogada en la desesperanza, pero, ¿Por qué conformarse?
-Veo… alguien impotente y gruñón… - Siempre era el mismo juego, ver el aura de todos desde el último piso de los dormitorios. En algún punto este juego se habría convertido en una rutina diaria, pero era uno de nuestros pocos placeres privados siendo híbridos.
- Es demasiado fácil Abbott, es el profesor Shadem –contestó Maden
- Bien, ahora es el turno de Alba.
- Mmm… lo tengo, ¿Qué ven en Eadaion? –pregunté mirando al hombre de 1.90 que salia del edificio 4.
- ¿Nuestro profesor de combate armado? No lo se, su aura es de un color borgoña, no me gusta –respondió Maden pensativa, un con una mirada oscura.
- Lo sé, últimamente esta mas turbio que lo habitual, ¿Tu qué piensas Abbott? –pregunte a mi amigo, el tenia un séptimo sentido (no me pregunten por el sexto) que le permitía saber si alguien miente.
- Está ocultando algo, algo grande – observó a nuestro ‘instructor’ al momento en que este miraba hacia donde estábamos nosotros, una leve vibración retumbo a nuestros pies, era Abbott, estaba segura que la intensidad de la vibración subiría a tal punto que las ventanas se romperían, pero la campana sonó y eso hizo que Abbott saliera de su trance.- Debemos irnos, tengo que ir al campo de tiro.
- Maden y to tenemos que ir a practicar a la arena – dije con pesar, la arena era el lugar donde los profesores en su tiempo de ocio iban a vernos competir, y según tengo entendido, se tomaban la libertad de hacer apuestas, incluso algunos ‘visitantes’ venían solo a ver los combates. Ese día no me sentía con suerte, y efectivamente, no la tuve, ya me me tocó luchar.
Me desperté con un fuerte dolor de cabeza, pero no le tomé importancia, me había quedado dormida y tenía que reunirme en el comedor con Maden y Abbott. Me di una ducha fría, que no era opcional, el agua siempre estaba fría. Como ya lo había mencionado, todo era frio.
Llegué a paso acelerado al comedor, y me dirigí hacia donde se encontraban mis amigos, pero me encontré con un Abbott con mirada inquisitiva y con una Maden nerviosa, me detuve un momento y alcalicé el aire… algo no estaba bien. El aire era amargo, el ambiente era pesado y me deba la sensación de querer salir corriendo.
- ¿También lo sientes, cierto?-intuyó Abbott
- Algo malo está por ocurrir… -antes de que pudiera interrumpir, un chillido estruendoso de los altavoces sonó sobre nuestras cabezas- un anuncio….
* * * * *
-...Entonces, en el caso de los duendes, la situación es diferente, a ellos no los debilita...
Ese capítulo lo había leído la noche anterior, me lo sabía de memoria, me sabia toda la biblia en latín, sabía que oraciones exorcizaban a cada una de las especies de demonios, y ya había leído cada maldita pagina de cada maldito libro de la biblioteca, estaba cansado de la monotonía de mi vida, todo era aburrido, en esta escuela de exorcismo no enseñan nada interesante, cada día era igual al anterior… tan sofocante.
Sonó la campana que indicaba el final del día, y me apresure a salir inmediatamente del salón, claro, no es como si tuviera a donde ir, la escuela de exorcistas Gladio Fidei estaba en medio de la nada, perdida en algún bosque de hielo en Alemania, “apartados de todos, excepto de la vista de Dios”.
Me abrí paso entre los pasillos, el bullicio era ensordecedor y desquiciante, todos vestíamos una gabardina, el color variaba dependiendo del rango, yo vestía de un azul marino lo que me hacia acentuar entre un mar beige. Los rangos de asignaban dependiendo de las misiones que hicieras, entre mas misiones hacías, la dificultad iba subiendo.
-Hey Leo, ¿escuchaste la noticia? –Me habló Kazir, una de las pocas personas con las que me relacionaba.
- ¿A quién expulsaron esta vez?
- No, no es eso, ¡es algo mucho mejor! ¡Vendrán demonios reales a la escuela!, podremos utilizarlos para nuestras prácticas, ¿genial, no?
- No sé cual sea tu concepto de genial, Kaz, pero en lo que a mí concierne, esta escuela tiene una barrera contra demonios.
- No son solo demonios, son dimidium daemonium!
-Oh, eso lo hace interesante...
- … La iglesia católica ha decidido darle un uso productivo a los Dimidium daemonium, ellos formarán parte de los escuadrones de exorcismo y ayudarán en las practicas de los aspirantes a exorcistas, pueden confiar en que los dimi dae no se revelarán, hemos seleccionado a los mejores y más fieles, pero aun así no se fíen de ellos, recuerden que la sangre de monstruo sigue corriendo por sus venas, hagan lo que crean necesario si presentan una actitud soberbia.
Terminado este mensaje pueden retirarse, a partir de mañana, los dimi dae, formaran parte de Gladio Fidei.
- Seria genial tener un Dimi Dae como ayudante para exorcizar, tienes suerte de ser un exorcista clase A, Leo.
- Si no hubieses dejado que el abizario quemara medio bosque ya te habrían ascendido a B, además no considero como una ventaja tener Dimi Dae como asistente, son muy traicioneros y mas que una ayuda serian un estorbo, a mi parecer son seres inútiles, no pueden ser tratados como humanos pero son poca cosa para ser considerados hijos de Hades.
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Como les prometi, hoy halloween, se estrena inlcusum!, los primeros capitulos seran hago aburridos, pero quiero dejar bien planteado lo diferentes de son Leo y Alba, quiero que ustedes mismos vayan encontrando cual es la personalidad de los protagonistas :)
Me ayudaria mucho que dejaran su comentario, sobre que les parecio el capitulo .
Jenifer