En el asilo de Saint John...
Stephen Truman leía el periódico sentado en su viejo sofá mientras fumaba una
pipa, al escuchar crujir la rama de un árbol miró hacia la ventana y se
encontró con la mirada de aquel hombre al que había estado esperando. La mirada
se ese hombre que entraba por la ventana era fría y profunda, causada por el
dolor de un amargo pasado que ensombrecían sus extraños ojos amarillos, frunció los labios
por el asco que le causaba la habitación impregnada con el olor a tabaco, al
acercarse y ser tocado por la luz de una lámpara de mesa dejó ver su pálida tez
y su cabello castaño que caía sobre su frente.
- Que viejo estas -dijo el hombre rompiendo el silencio.
- Di lo que quieres y lárgate de aquí Geel.
- No hace falta que te diga lo que quiero, tu ya lo sabes. - contestó con voz
ronca.
- ¡No te diré donde esta Amara! - Geel enfureció y en una fracción de
segundo atrevesó la habitación tomando del cuello a Truman y arrinconándolo
contra la pared.
- No tengo tu tiempo, o más bien eres tu al que no le queda nada de tiempo
-dijo apretando mas fuerte su cuello. – Además ella en este momento está más susceptible
que nunca, ¿crees que podrá vencerme?
-Si ella busca a los demás Crows te vencerán fácilmente.
-Talvez, pero una chica de 16 años no puede viajar por el mundo para
buscarlos, el Infinito la atraparía en
un abrir y cerrar de ojos. Ahora dime, ¿Dónde está?
- No te lo di..ré, ¿te imaginas lo que... ella te hará cuando... descubra lo
que hiciste? - le respondió Stephen casi sin aliento.
- Tal vez, pero recuerda que Amara aun es una niña y de seguro ella no
querrá destruir a la única persona que comprende su situación y que puede
ayudarla - dijo apretando mas el cuello de Stephen pero este ya no respondió
ante el dolor. - ¿Truman? -pero Stephen ya no reaccionaba, Geel lo puso en el
piso y comenzó a darle masaje cardiaco - !estúpido viejo, no te mueras aún! -
pero era demasiado tarde, Geel se puso de pie y miró el cuerpo sin vida de
Stephen - Bien, puedo encontrar a Amara sin tu ayuda. Será más sencillo
ahora que sus poderes comenzarán a descontrolarse, es solo cuestión de tiempo.
Tiempo que no tengo.
. . . . .
Abrí los ojos y me levanté del suelo polvoriento, miré lo que me rodeaba
pero solo veía una llanura que parecía nunca acabar, como si yo fuera el único
ser vivo en kilómetros, a lo lejos no había nada, absolutamente nada, ni un
árboles, ni rocas, ni plantas ni montañas, ni siquiera podía ver la luna, solo
estrellas.
¿Que era ese lugar? era como si estuviera en un rincón del mundo olvidado por
Dios.
De la nada salió una pequeña luz blanca que zigzagueaba en el cielo, de pronto
vi las imagenes que provocaron mi tragedia:
Un taxi chocando con un autobús, si no hubieran chocado, el Sr. Jones no
hubiera quedado atascado en el trafico y entonces abría podido recojer temprano
a su hijo que estaba en una fiesta, evitando así que el se emborrachara. Ala
mañana siguiente el no abría tenido un fuerte dolor de cabeza y su amigo Tyler
no abaría llegado tarde al baile por estarlo cuidando, y si el hubiera llegado
a tiempo Amanda hubiera bailado con el y no con Dylan y al verlos juntos Sara
no se habría sentido gorda y fea y vomitado por todas partes en el baño de
mujeres, y si ella no hubiera vomitado el conserje no abría tardado 1 hora en
limpiar todo y si no se hubiera tardado tanto habría limpiado también en ponche
que alguien habría tirado en las escalera y si así hubiera sido yo no pisaría
el charco, no me caería y para evitar el golpe no hubiera usado la telequinesia
y Lucas no me hubiera visto, y yo no saldría corriendo...
Era obvio que era un efecto mariposa, yo nunca creí en eso de que una tragedia
pequeña desarrolla una serie de trajedias pero, claro estaba que si era así, y
creo que si un día después no hubiera recibido la noticia de que el Sr. Truman
había muerto yo no habría ido a el asilo para recojer unos papeles que me dejó
y no habría leído la frase: "Pronto te encontraras con Geel, ten mucho
cuidado" entonces la paranoia no me habría inundado y no estaría teniendo
esta pesadilla.
Claro, era una pesadilla. Abrí los ojos y en cuanto me di cuenta de que mi
nariz rozaba con el techo caí abruptamente a la cama.
- ¡Por Dios, Scarlett! - Marissa me había visto.
- N...no es no que tu crees - ¿que pasaba conmigo? primero Lucas y ahora
Marissa, de seguro creerá que estoy poseída.
- ¿eres una bruja o algo así?
- claro que no, yo soy normal.
- Scarlett, no soy tan tonta, el primer día vi que tus maletas flotaban, pero no quise decirte nada porque sabia que algo ocultabas y también vi lo que pasó
con Lucas en las escaleras, ademas tus ojos son de un celeste muy extraño y ahora te veo flotando! ¡¿Que eres?!, ¡¿Sabrina, la
bruja adolescente?! -este seria un buen momento para regresar al rincón del
mundo olvidado por Dios-
- Marissa, no soy una bruja ni nada por el estilo, solo déjeme explicarte.
- De acuerdo.
Esa noche Marissa me escuchó atentamente, yo no estaba segura de que
consecuencias traería que alguien supiera mi secreto, pero me sentí aliviada
porque nunca había flotando en la cama pero estaba segura que si mis
inseguridades continuaban volvería a pasar, así que Marissa se hubiera enterado
de todas formas tarde o temprano.
Mi futuro ahora es mas incierto que antes pero hay cosas seguras:
1.- necesito aprender a controlarme.
2.- Marissa ya sabe todo.
3.- Alguien esta buscándome, y no se si es algo bueno o malo.
La casualidad no es, ni puede ser, más que una causa ignorada de un efecto desconocido » Voltaire